Tres años después de los disturbios y detenciones masivas en la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang de China, las autoridades chinas siguen silenciando a quienes denuncian los abusos cometidos durante y después de los incidentes, ha declarado Amnistía Internacional.Nuevos testimonios revelan que decenas, cuando no cientos, de personas de la minoría étnica uigur, muchas de ellas detenidas tras los disturbios, siguen desaparecidas, y que el gobierno continúa intimidando a quienes -como las familias que buscan información sobre sus miembros desaparecidos- revelan abusos contra los derechos humanos cometidos durante y después de las protestas.Según informes, de los 20 uigures devueltos a China desde Camboya en diciembre de 2009 en relación con los sucesos del 5 de julio, cinco han sido condenados a cadena perpetua y ocho a penas de entre 16 a 20 años de prisión."Tres años después, el gobierno sigue silenciando a quienes denuncian lo ocurrido en julio de 2009", ha declarado Catherine Baber, directora del Programa Regional de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía."La tendencia general a la represión que vemos en toda China es especialmente pronunciada en la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang."Las autoridades chinas deben revelar el paradero de las personas que han sido objeto de desaparición forzada y poner fin a la persecución de los familiares que buscan respuestas."El 5 de julio de 2009, una protesta en la capital de la región, Urumqi, contra lo que se percibía como inacción del gobierno chino en relación con la muerte de un obrero uigur en el sur de China derivó en disturbios étnicos después de que la policía empleara la violencia contra los manifestantes.Aunque las manifestaciones comenzaron pacíficamente, los disturbios estallaron después de que la policía usara la violencia contra quienes protestaban. Según cifras oficiales, 197 personas murieron durante la violencia subsiguiente, la mayoría chinos de etnia han.Los testimonios de testigos presenciales recabados por Amnistía Internacional tras los disturbios siembran dudas sobre la versión oficial de los sucesos y señalan al uso innecesario o excesivo de la fuerza por parte de la policía contra los manifestantes uigures, que incluyó palizas, el uso de gas lacrimógeno y disparos realizados directamente contra la multitud.Tras los disturbios se practicaron detenciones masivas y registros casa por casa que desembocaron en la detención arbitraria de cientos, cuando no de miles, de personas, y en numerosos informes de desaparición forzada, tortura y malos tratos de uigures detenidos.Las familias que buscan información sobre parientes en paradero desconocido han sido objeto de intimidación, detenciones y amenazas de las autoridades, que intentan impedir que presenten peticiones y busquen a sus seres queridos.En el último mes, decenas de familias uigures han denunciado públicamente que tienen parientes desaparecidos desde julio de 2009, el más joven de los cuales tenía sólo 16 años en el momento de su detención. Entre ellas hay familias de Urumqi, Kashgar y de la prefectura de Hotan de la Región Autónoma Uigur del Sin-kiang.Sólo 19 de estas familias han permitido que se hagan públicos sus nombres. Todas ellas temen las represalias de las autoridades."Estas valientes familias son sólo una pequeña parte de las que tienen miembros desaparecidos", afirmó Baber.Patigul Eli, madre de uno de los desaparecidos, Imammemet Eli, dijo que había conocido al menos a otras 30 familias delante de edificios policiales y gubernamentales de Urumqi, que también intentaban obtener de las autoridades información sobre sus familiares desaparecidos.Según informes, Wang Mingshan, jefe del Departamento de Seguridad Pública de Urumqi, declaró que había recibido 300 peticiones de familias en las que solicitaban ayuda para localizar a familiares.Según un familiar, solamente en un condado de la prefectura de Hotan hay más de 200 familias con miembros desaparecidos. Muchas tienen miedo a darse a conocer por miedo a las represalias de las autoridades.Los solicitantes de asilo de etnia uigur devueltos a China corren riesgo de sufrir violaciones graves de derechos humanos."Los uigures devueltos a China podrían ser objeto de desaparición forzada o de tortura", afirmó Baber."Las autoridades chinas suelen culpar de los disturbios de Sin-kiang a grupos de uigures de ultramar; devolverles a China, donde podrían sufrir abusos graves, es una clara violación del derecho internacional de los derechos humanos."