La ejecución por las autoridades kuwaitíes de dos ciudadanos egipcios representa un enorme revés para los derechos humanos en el país, ha declarado Amnistía Internacional.Hajjaj Al Saadi, egipcio conocido como el "Monstruo de Hawally" tras ser declarado culpable de violar a 17 menores, fue ahorcado hoy en una prisión de Kuwait, junto con Ahmad Abdulsalam, también egipcio, declarado culpable de asesinato.Las autoridades kuwaitíes han hecho caso omiso de los llamamientos de Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos para que no se realicen ejecuciones en el país."Amnistía Internacional reitera su llamamiento a las autoridades de Kuwait para que pongan fin a todas las ejecuciones de inmediato y vuelvan a imponer una moratoria de la pena de muerte", ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional."Nos oponemos a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, con independencia de la naturaleza y de las circunstancias del delito, y de la culpabilidad o inocencia de la persona, porque es una violación del derecho a la vida y la pena cruel, inhumana y degradante por excelencia."La organización escribió el 9 de mayo a Su Alteza Sheikh Sabah Al Ahmad Al Sabah, emir de Kuwait, para expresar su alarma por la reanudación del uso de la pena de muerte, pero no ha recibido respuesta hasta ahora.Kuwait llevó a cabo sus primeras ejecuciones desde 2007 el pasado mes de abril, con el ahorcamiento de tres hombres que habían sido declarados culpables de asesinato. Este año ha habido cinco ejecuciones y, según informes, hay más de 44 personas condenadas a la pena capital en el país.