En su alocución y en una grabación de audio y tuits posteriores, el presidente Trump siguió incitando a sus simpatizantes, lo que ha dado lugar a que miles de personas irrumpan en el Capitolio de Estados Unidos y lo tomen por asalto. En respuesta a estos hechos, Bob Goodfellow, director ejecutivo interino de Amnistía Internacional Estados Unidos, ha emitido la declaración siguiente:

“La adhesión al presidente de grupos supremacistas blancos y grupos violentos ha avivado aún más las llamas del caos y la violencia que hemos presenciado hoy, situación que ha puesto en serio peligro los derechos humanos y el Estado de derecho en Estados Unidos. Todas las autoridades de Estados Unidos deben respetar, proteger y hacer efectivos los derechos humanos, incluido el derecho a no sufrir violencia, intimidación y racismo.

Amnistía Internacional trabaja por un mundo en el que todas las personas que ejercen el poder respetan la ley, cumplen con sus obligaciones en materia de derechos humanos y rinden cuentas cuando su actuación no se ajusta a estos criterios. En todo el mundo, hemos sido testigos de las graves consecuencias que puede tener el hecho de que autoridades gubernamentales propaguen información falsa e inciten a la violencia para mantenerse en el poder. El mundo está observando, al igual que nuestros más de 10 millones de simpatizantes y miembros.

Ha llegado la hora de que Estados Unidos ajuste cuentas. El presidente Trump ha alentado reiteradamente a la violencia y al desorden a sus simpatizantes, y esto ha tenido consecuencias para periodistas, activistas, comunidades religiosas y otros colectivos. Así no actúa un jefe de Estado, cuya obligación es garantizar la seguridad de todas las personas a quienes gobierna. Todas las autoridades públicas deben condenar las palabras y acciones que alimentan el odio y la intimidación.”

Información complementaria y contexto

Amnistía Internacional Estados Unidos sigue de cerca la situación y está profundamente preocupada por lo que está ocurriendo en el país. La organización pide al presidente que aplaque, no avive, el clima de miedo, incertidumbre y agitación. La organización de derechos humanos pide también al presidente y su administración que garanticen que difunden información confiable y fidedigna, que contrarreste la información falsa y engañosa, y que hagan cuando esté en su poder para impedir y condenar los ataques y la intimidación por parte de grupos de odio.

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