Las autoridades estadounidenses deben poner fin urgentemente a la reclusión por tiempo indefinido en Guantánamo; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional, después de confirmarse que ya son más de la mitad los detenidos que se han declarado en huelga de hambre.

Las autoridades militares han reconocido que, a fecha de 21 de abril, 84 de los 166 hombres recluidos en la base naval estadounidense de la bahía de Guantánamo (Cuba) estaban en huelga de hambre.

Los detenidos iniciaron su protesta a principios de febrero, como respuesta a los abusivos registros de las celdas y al empeoramiento de las condiciones.

Las autoridades militares han negado tales afirmaciones, pero reconocen que entre los detenidos cunde el desánimo porque piensan que el gobierno estadounidense ha abandonado sus esfuerzos para cerrar el centro de detención.

"La situación actual de Guantánamo es un recordatorio de la abyecta falta de iniciativa de Estados Unidos para resolver estas detenciones" ha afirmado Rob Freer, investigador de Amnistía Internacional sobre Estados Unidos.

"No es extraño que los detenidos piensen que el gobierno estadounidense da sus casos por perdidos. Ni sorprende el hecho de que tanto ellos como sus familias estén sufriendo una angustia considerable al ver que no se cierra Guantánamo."

Según informes, las autoridades militares han afirmado que se está "alimentando por sonda" a 16 detenidos en huelga de hambre y que cinco han sido hospitalizados.

Aunque Amnistía Internacional no está en posición de conocer los detalles de estos casos, considera preocupante la cuestión de la alimentación forzosa de una persona en huelga de hambre en relación con la ética médica, el consentimiento informado, la autonomía del detenido, la confidencialidad y el trato a los detenidos.

El abogado del ciudadano yemení Samir Naji al Hasan Moqbel, que lleva desde febrero en huelga de hambre, contó a un periodista del New York Times que su cliente había dicho: "Nunca olvidaré la primera vez que me introdujeron la sonda de alimentación por la nariz. No tengo palabras para describir lo que duele que te alimenten a la fuerza de esta manera."

"La alimentación artificial obligatoria constituye trato cruel, inhumano y degradante que contraviene el derecho internacional si, de manera consciente e intencionada, se realiza de manera que cause dolor o sufrimiento innecesarios", ha afirmado James Welsh, investigador de Amnistía Internacional sobre salud y reclusión.

"Debido a la situación actual, los detenidos tienen mayor necesidad de ver garantizado el acceso a reconocimientos médicos y a la asistencia médica de manera regular y continuada, y a que todo el personal médico respete la ética médica."

Amnistía Internacional escribió el 22 de marzo al secretario de Defensa estadounidense, Charles Hagel, para expresarle su preocupación por la salud y el bienestar de los detenidos, y pidió al gobierno de Estados Unidos que trabajara urgentemente con el Congreso para volver a dar carácter prioritario a la resolución de las detenciones y el cierre del centro.

La organización aún no ha recibido respuesta.

"Hace ya mucho tiempo que los tres poderes del Estado debían haber abordado la situación de Guantánamo con carácter urgente, como una cuestión de derechos humanos", ha afirmado Freer.

"La reclusión por tiempo indefinido tiene que acabar. El gobierno debe poner en libertad sin más dilación a aquellos detenidos a los que no tenga intención de acusar de algún delito común reconocible."

Información complementaria

Ha habido 779 hombres recluidos en Guantánamo desde 2002.

Aún quedan 166 en el centro de detención estadounidense.

Actualmente 84 están en huelga de hambre.

Siete detenidos han sido condenados por una comisión militar, cinco de ellos como resultado de acuerdos previos al juicio en los que se declararon culpables. Cuatro han sido repatriados.

Seis detenidos se enfrentan actualmente a la posibilidad de ser condenados a muerte tras juicios injustos ante comisiones militares.

Nueve detenidos han muerto bajo custodia estadounidense en Guantánamo.

Unos 600 detenidos han sido transferidos desde Guantánamo a otros países desde 2002.

El gobierno de Obama afirmó en 2010 que 48 detenidos permanecerán recluidos por tiempo indefinido en lugar de ser liberados o juzgados.