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(FOTO: PAUL J. RICHARDS/AFP/Getty Images)

El intercambio de presos producido ayer entre Estados Unidos y Cuba brinda la mejor oportunidad en más de medio siglo de promover una agenda para el cambio en materia de derechos humanos en el marco de los esfuerzos por normalizar las relaciones entre los dos países. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

Alan Gross, presunto trabajador estadounidense de ayuda humanitaria encarcelado en Cuba durante los últimos cinco años tras haber sido acusado de espionaje, y los tres integrantes de los "Cinco de Cuba" recluidos en Estados Unidos por cargos de espionaje desde 1998 habían sido liberados y se dirigían a sus respectivos países el miércoles por la mañana, hora local.

"El intercambio de presos de hoy supone un excelente comienzo para la largamente esperada revisión de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba tras más de medio siglo de relaciones espinosas, sanciones y recriminaciones mutuas. Todos los esfuerzos para lograr un cambio político y diplomático deben ir ahora acompañados de un cambio histórico en materia de derechos humanos en Cuba", ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora del Programa para América de Amnistía Internacional.

"Si, como parte de los esfuerzos por normalizar las relaciones entre los dos países, se levanta el embargo estadounidense a Cuba, y se elimina sunegativo impacto en los derechos económicos y sociales de la población cubana, significará que las autoridades de Cuba ya no podrán seguir utilizando las asfixiantes sanciones como excusa para rezagarse en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos."

Durante años, Amnistía Internacional hizo campaña en favor de los "Cinco de Cuba". La organización se hizo eco de las preocupaciones manifestadas por un grupo de trabajo de la ONU respecto a que estos hombres no habían tenido un juicio justo en Miami, y criticó a Estados Unidos por no conceder visados a las esposas de varios de los hombres para que pudieran visitarlos en prisión. Los liberados hoy son Gerardo Hernández, de 49 años, Antonio Guerrero, de 56, y Ramón Labañino, de 51. Otros dos (René González, de 58, y Fernando González, de 51) ya habían sido liberados.

"Esta liberación, tras permanecer más de una década y media entre rejas en Estados Unidos a consecuencia de unos procedimientos que no cumplieron las normas internacionales sobre juicios justos, supone sin duda un inmenso alivio para estos tres hombres y sus familia. Las preocupaciones expresadas por Amnistía Internacional y otras personas y entidades respecto a su juicio y el trato recibido deberían haber llevado a las autoridades estadounidenses a otorgar el indulto a estos hombres hace años", ha manifestado Erika Guevara Rosas.