La sentencia dictada, según noticias, por un tribunal de Arabia Saudí en la que se condena a un hombre a quedar paralítico como castigo por un delito que presuntamente cometió hace 10 años, es un escándalo y no debe ejecutarse bajo ningún concepto, ha declarado hoy Amnistía Internacional.Informaciones recientes aparecidas en los medios de comunicación de Arabia Saudí han sacado a la luz el caso de Ali al Khawahir, de 24 años, que según noticias fue condenado a la pena conocida como qesas (castigo equivalente al delito cometido) en la ciudad de Al Ahsa y podría quedar paralítico en la mitad inferior del cuerpo si no paga un millón de riyales (270.000 dólares estadounidenses) de indemnización a la víctima.Ali al Khawahir apuñaló presuntamente a su amigo en la espalda, dejándolo paralizado de cintura para abajo en torno a 2003; Ali tenía en aquel entonces 14 años."Dejar a alguien paralítico como castigo por un delito sería tortura", afirmó Ann Harrison, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional."Que este castigo pueda ejecutarse es absolutamente estremecedor, incluso en un contexto en el que es frecuente imponer la flagelación como castigo para algunos delitos, como sucede en Arabia Saudí.""Es hora de que las autoridades de Arabia Saudí empiecen a respetar sus obligaciones legales internacionales y eliminen estos terribles castigos de la ley."En 2010 se impuso otra condena a la parálisis que no se sabe si llegó a ejecutarse.Arabia Saudí impone habitualmente penas consistentes en diversas formas de castigo físico.La flagelación es preceptiva para varios delitos y también puede imponerse a discreción de los jueces como castigo alternativo o además de otras penas.La amputación también se aplica en Arabia Saudí, principalmente por delitos limitados a casos de "robo", castigado con la amputación de la mano derecha, y "robo en carretera", penado con la amputación de extremidades alternas (mano derecha y pie izquierdo).En casos de qesas, se han impuesto condenas como la extirpación de ojos, la extracción de dientes y la muerte en casos de asesinato. En estos casos, la víctima puede pedir que se ejecute el castigo, solicitar una indemnización económica o conceder un indulto condicional o incondicional.De ser ejecutada, la pena de parálisis sería contraria a la Convención de la ONU contra la Tortura, de la que Arabia Saudí es Estado Parte, y a los Principios de Etica Médica adoptados por la Asamblea General de la ONU.El relator especial de la ONU sobre la cuestión de la tortura ha declarado que los castigos físicos son incompatibles con la prohibición de la tortura y de otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, y ha concluido que cualquier forma de castigo físico es contraria a la prohibición de la tortura y de otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.