Las autoridades israelíes no deben hacer uso de fuerza excesiva durante las manifestaciones previstas para protestar contra el plan de desalojar forzosamente a decenas de miles de beduinos árabes de sus casas en el sur de Israel. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional. Ciudadanos de todo Israel están organizando un "Día de la ira" el jueves 1 de agosto para oponerse al plan de Prawer-Begin, un plan que permite el desalojo forzoso de más de 30.000 residentes en el desierto del Néguev. El 15 de julio se celebraron protestas pacíficas contra la propuesta, a las que la policía antidisturbios y la policía de fronteras de Israel respondieron con fuerza excesiva. Amnistía Internacional pide al gobierno de Israel que retire la propuesta. "El plan de Prawer-Begin es un ejemplo flagrante de las políticas discriminatorias utilizadas por Israel contra su minoría palestina. Debe retirarse de inmediato", ha manifestado Philip Luther, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional. "El uso de fuerza excesiva por parte de la policía durante las marchas del 15 de julio fue una peligrosa señal del escaso respeto que Israel muestra hacia sus ciudadanos palestinos. Las autoridades israelíes deben garantizar que los manifestantes pacíficos pueden expresar su oposición al plan sin sufrir intimidación ni violencia." Durante las manifestaciones del 15 de julio, la policía israelí atacó a manifestantes pacíficos y practicó detenciones violentas en Be'er Sheva, en el Néguev, en Sajnin, en el norte de Israel y en el Jerusalén Oriental ocupado. Muchos manifestantes resultaron heridos y decenas más, entre ellos mujeres y niños, fueron detenidos. El proyecto de ley de Prawer-Begin superó su primera lectura en el Knesset (el parlamento israelí) el 24 de junio, pero aún no se ha convertido en ley. La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos condenó el plan y advirtió contra la legitimación del desplazamiento forzado de las comunidades beduinas del Néguev. Pese a ello, la Administración de Tierras de Israel ha seguido demoliendo numerosas viviendas y estructuras de subsistencia en los poblados beduinos. Desde principios de 2013, las autoridades israelíes han demolido más de 140 viviendas beduinas en el Néguev. El caso más reciente ha sido el del poblado de Al Araqib, arrasado el 16 de julio. Este poblado ya ha sido demolido más de 50 veces en los últimos tres años. Sus habitantes dicen que llevan décadas viviendo en esas tierras y que deben tener derecho a permanecer en sus hogares. Para muchos ciudadanos palestinos, el plan de Prawer-Begin evoca el desplazamiento de cientos de miles de palestinos ocurrido a finales de la década de 1940 y principios de la de 1950, en unos sucesos a los que se refieren como la "Nakba", la catástrofe. "En lugar de hacer uso de fuerza excesiva contra los manifestantes pacíficos que piden la retirada de un plan discriminatorio, Israel debe escuchar a sus ciudadanos y cumplir sus propias obligaciones internacionales en materia de derechos humanos."