Hoy, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, el periodista etíope Eskinder Nega, que fue condenado por cargos falsos de terrorismo, ha cumplido más de cuatro años en prisión. Eskinder es sólo uno de los muchos periodistas etíopes que actualmente se consumen entre rejas por el mero hecho de hacer su trabajo. Pero al contrario de lo que ha pasado con otros profesionales del periodismo encarcelados por cargos falsos de terrorismo, como los periodistas de Al Yazira que fueron liberados de una prisión egipcia a principios de este año, la grave situación que sufren los profesionales encarcelados en Etiopía atrae poca atención de la comunidad internacional y de los medios.Mientras los periodistas de Al Yazira, Peter Greste, Mohamed Fahmy y Baher Mohamed, estaban en boca de todo el mundo, pocas personas fuera de Etiopía habían oído los nombres de Eskinder Nega, Temesghen Desalegn, Solomon Kebede, Yesuf Getachew, Woubshet Taye, Saleh Edris y Tesfalidet Kidane. Todos ellos se toparon con la Proclama Antiterrorista de Etiopía promulgada en 2009, que criminaliza cualquier información que se considere que "anima" o "da apoyo moral" a grupos o causas que el gobierno califica de "terroristas".Eskinder fue detenido después de que publicara un artículo sobre la Primavera Árabe, en el que se preguntaba si podría aparecer en Etiopía un movimiento similar de activistas base en favor de la democracia. Lo acusaron de apoyar a terroristas en aplicación de la draconiana Proclama Antiterrorista y fue condenado a 18 años de prisión. Lo han retenido en la infame prisión de Kality en Addis Abeba, en la que 8.000 personas se encuentran recluidas en celdas hacinadas, ruinosas y poco ventiladas.etiopiaTemesgen Desalegn estaba cubriendo el juicio de Eskinder y el de otros periodistas para el periódico Feteh(Justicia). Como respuesta, las autoridades lo juzgaron por desacato al tribunal. En octubre de 2014 fue condenado a tres años de prisión por cargos de difamación e incitar a la opinión pública a través de rumores y publicaciones falsos. Los cargos respondían a la publicación de unos artículos en agosto de 2011 y febrero y marzo de 2012, entre los cuales había algunos sobre protestas juveniles contra el gobierno. Desde que fue encarcelado, a Desalegn le han denegado un tratamiento médico que necesita por una enfermedad crónica.Woubshet Taye fue detenido un par de semanas después de que publicara una columna en el Awramba Times en la que valoraba de forma crítica la actuación del partido en el poder en sus dos decenios de gobierno. Actualmente cumple una condena de 14 años en la prisión de Zway. Aunque se liberó a un pequeño número de blogueros y activistas, conocidos popularmente como los blogueros de "Zone9", y a Reeyot Alemu antes de la visita a Etiopía del presidente de Estados Unidos Barack Obama el pasado mes de julio, decenas de periodistas permanecen aún entre rejas. Los "Zone9" fueron acusados de terrorismo el 18 de julio por estar vinculados al Frente de Liberación Oromo (OLF, por sus siglas en inglés), un grupo ilegalizado; por presuntamente planear ataques y por recibir formación en seguridad digital. Los acusaron de conspiración por utilizar herramientas básicas de encriptación en línea que los periodistas usan de forma habitual para proteger sus fuentes. En el momento de su liberación, habían pasado un año y medio detenidos.El espacio cívico de Etiopía está empañado por violaciones de derechos humanos institucionalizadas y profundamente arraigadas. Los periodistas que se atreven a dar opiniones disidentes son a menudo silenciados o se enfrentan a detenciones arbitrarias, tortura y reclusión. En enero de 2014, la Agencia de Prensa y la Agencia de Noticias etíopes, ambas controladas por el gobierno, publicaron un informe en el que denunciaban que las revistas Addis Guday, Fact y Lomo promovían el terrorismo y perjudicaban la economía. En consecuencia, el gobierno cerró esos medios informativos y en vista de ciertas detenciones, periodistas que trabajaban en esos medios huyeron del país . No se informa de muchos de los incidentes que se producen, lo que refuerza una cultura del miedo que ha afianzado un ciclo aún mayor de impunidad y violaciones por parte de las agencias de seguridad. En el censo de periodistas encarcelados de 2014 del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), Etiopía se sitúa como el cuarto país del mundo con más periodistas presos, con al menos 17 entre rejas. Etiopía también se sitúa en la cuarta posición de la lista de 2015 de los 10 países donde existe más censura que elabora el CPJ.En 2012, el senador estadounidense Patrick Leahy comentó sobre la declaración de culpabilidad y condena de Eskinder Nega y de otros periodistas que catalogar de "terrorismo" a críticas periodísticas legítimas a la represión gubernamental era un insidioso abuso de poder. En el Día de los Derechos Humanos toca reflexionar y recordar a los profesionales del periodismo "olvidados" de Etiopía, así como sumar nuestra voz al llamamiento por su liberación. Su único "delito" fue ejercer su libertad de expresión denunciando injusticias, cuestionando el abuso de poder y las violaciones de derechos humanos.Los y las periodistas están en la primera línea de combate para informar sobre la situación de los derechos humanos. A menudo, se ponen ellos mismos en riesgo para dirigir la atención del mundo sobre las violaciones de derechos humanos. A cambio, el mundo no debe olvidarlos, ya que son la voz de las personas sin voz y han sacrificado su vida por buscar la verdad.Michelle Kagari es directora regional adjunta de la oficina de Amnistía Internacional en África OrientalNani Jansen es directora jurídica de la Iniciativa de Defensa Legal de MediosTuitea sobre Eskinder, Woubshet yTemesgen (#EskinderNega, #FreeWoubshet, #FreeTemesgen) o escribe a las autoridades etíopes pidiéndoles que los liberen, tanto a ellos como a sus compañeros periodistas.