• La organización lamenta que el enfrentamiento producido el día de ayer entre efectivos policiales y manifestantes dejara como saldo al menos tres personas fallecidas y decenas de heridos.• Hacemos un llamado al diálogo entre el gobierno y los líderes de la protesta, así como también al cese de la violencia.

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Amnistía Internacional ha tomado conocimiento de los enfrentamientos ocurridos el día de ayer en la provincia de Apurímac, en la sierra sur del Perú, contra el proyecto minero 'Las Bambas'. Hasta el momento se sabe de la muerte de tres civiles (Exaltación Huamaní Mío, Alberto Cárdenas Challco y Beto Chahuayllo Huillca) y de decenas de heridos entre manifestantes y efectivos policiales.

"Las muertes que hemos presenciado son inaceptables y esas responsabilidades deben ser asumidas. El precio de las protestas sociales no debe ser la muerte de ninguna persona" afirmó Marina Navarro, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Perú.

Solicitamos al Ministerio Público pueda realizar una investigación inmediata, exhaustiva e independiente respecto de la muerte de los tres civiles y que se sancione a los responsables.

Lamentablemente esta no es la primera vez que se registran casos de violencia en protestas sociales por parte de las fuerzas de seguridad en Perú. En los últimos cuatro años solamente, se han registrado 40 personas fallecidas en circunstancias en que la policía hizo uso excesivo de la fuerza, y la mayoría de estar muertes no ha sido investigada de manera apropiada.

Amnistía Internacional recuerda que según el derecho y las normas internacionales de derechos humanos, la policía sólo puede usar la fuerza cuando sea estrictamente necesario, y ese uso debe ser proporcional a un propósito legítimo. Las armas de fuego sólo pueden utilizarse como último recurso, como defensa frente a una amenaza inminente de muerte o lesiones graves, y el uso letal intencionado de armas de fuego sólo puede justificarse cuando sea absolutamente inevitable para proteger vidas.

Se hace un llamado a las partes a dialogar y solucionar por la vía pacífica este conflicto, antes de que se arriesgue la integridad física de los y las habitantes de la zona.